No me quedan cigarros, no me quedan ganas.
Estoy escribiendo esto sólo para hacerme un recordatorio de lo que será la peor semana de Universidad que haya tenido.
El próximo martes egreso. Te quería contar eso. Que gracias. Que indirectamente me ayudaste harto. Que espero poder compartir contigo como compartimos la última vez en la que los dos la pasamos bien. En la que los dos disfrutamos del otro sin pensar en el más allá que vivimos ahora. En la que cada uno partió por un camino diferente por el cual ninguno, creo, que volverá a pasar jamás.
Son palabras tristes para un momento que debería ser feliz. La verdad es que no tengo ganas ni si quiera de sonreír si no es cuando por fin entienda de una vez que las cosas se dieron así y habrá que aceptarlas tal como lo he hecho siempre.
Me ha costado mucho. Escribir sigue siendo la fuente de relajo donde sitúo todo lo que tengo en mente últimamente. Desearía tanto tener un cigarro y escribir esto mientras el humo golpea mi cara y me hace cerrar el ojo izquierdo.
Es tan extraño todo, cuando extrañar se hace tan carnal, tan "necesario", tan imposible de quitarlo de la cabeza.
No quiero que esto perdure, me hace mal. Lo sé, pero aún mi cuerpo siente que es necesario vivirlo, porque eres aún una fuente de energía presente, una persona importante como muchas otras, independiente si están o no presentes.
Y te quería dar las gracias, como te lo escribí la última vez que pudimos conversar, no en persona, pero sí por un medio, que nos acompañó en las peores y mejores noches de insomnio que pude tener en el 2011. Gracias por darme esa oportunidad mínima, de saber que existías, de saber que eras alguien, de mirarte a los ojos, de tomar tu mano, de reír de estupideces y de leer lo que me cuentas y escribes y de cuantas cosas más que están de más nombrarlas.
Escribo con pena, ya son las 4.11 y me iré a la cama a encontrar el descanso para mañana, volver a trabajar en lo que falta de mi Trabajo de Título. En la tarde tengo clases y salgo tardísimo. Sólo queda 1 semana. Es el último sacrificio. El último de universidad. Porque sacrificios he hecho bastantes.
"Cosas que pasan y no se pueden remediar sin esperar respuesta del remitente donde cada vez que llega carta, una lágrima cae al recordar noches completas de insomnio que se hicieron polvo de un día para otro, en la vida de este pobre mortal".
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