Si Dios me viera la cara mañana por la mañana, después del despertar, si es que duermo, después de la plática y el término de un domingo mortal, lleno de excesos, pero con harto cariño, abrazos y empeño, se daría cuenta que no cumplió la meta. La cumplimos nosotros. Humanos. Queridos. Luchando y cavando nuestras propias fosas salvajes. Nosotros cumplimos la meta. Mirando hacia el cielo. Buscando respuestas.
Sentiría envidia de sentirse mortal. Con estos sentimientos enardecidos. Al borde de los pelos de los brazos. Queriendo explicarle a la vida cómo se vive y cómo se escribe una oración de rechazo.
No me mires mañana.
Te arrepentirás de ser inmortal y dejarás la campaña.
Pero no se notará.
Porque ya nos sentimos abandonados.
Grandpasoul - Gon
Elun for ever, gamer, escritor, comiquero, cinéfilo y amante del buen café/mate. Ex fumador de cigarrillos y siempre música sonando cerca.
Monday, 9 July 2018
Monday, 25 June 2018
Bitácora del Capitán - Primera Entrada.
Día 30, pasada la tercera tormenta.
Zarpar con tripulación completa no ha servido de nada si navegar por estas aguas oscuras no nos trae a más tierra que sólo la que acarrean las tormentas. Tormentas que han caído de golpe sobre la cubierta dejando heridos, estragos y pérdidas materiales. Pérdidas materiales que también han dejado la moral de algunos marineros y la mía por los suelos invisibles y lejanos a la observación del punto más alto del mástil y la distancia máxima de los astrolabios.
Una ola de agua enfurecida ha tapado el sector del timón y me ha hecho caer tan fuerte que la brújula que portaba se ha roto hace un par de días. Estamos a merced de las nubes, lluvias y vientos que azotan como golpes y patadas en una riña de algún bar de puerto intentado dar argumentos en estado de ebriedad. Sin importarme esto, he decidido trazar una ruta imaginaria tratando de lograr encallar en algún roquerío o playa para poder descansar de este viaje que lleva un par de meses, pero con bajas tan considerables como si hubiera pasado un año sobre nuestras cabezas.
No hay aves en el cielo, sólo estrellas que me mantienen despierto para ayudarme a navegar durante las noches. Estoy exhausto y necesito dormir, pero no puedo dejar a mi tripulación de lado. Me han ayudado bastante. Tanto como para parecer un viejo barbudo, cansado de tanto viaje y que sólo busca un tesoro que se le fue negado. Un tarado que se convirtió en pirata por rebeldía y encontrando cobijo en el destino de los mares, juntando historias para contarlas y quizás con alguna llegar a oídos de las aves costeras que nos lleven de vuelta a tan esperada tierra firme de forma más sutil a como lo veo en mis sueños despierto de media noche.
Y ahí quizás encontrarla a ella.
He comenzado a escribir esta bitácora para que en algún momento, alguien sepa lo fiel que fui a lo que buscaba, y que independiente de las adversidades, negaciones y rechazos de tan respetable hilo del destino, el mar y mi tripulación siempre siguieron conmigo. Acompañando noches y días tristes, bajo tormentas feroces y soles incandescentes.
A la par de cualquier otro dentro de este barco que avanza sin rumbo hacia una posible felicidad, respiro tranquilo por primera vez dentro de estos días inclementes donde las lágrimas se han hecho presentes combinándose con el agua del mar, la lluvia y el sereno de la mañana al desayunar. Ahora es momento de dejar la pluma para volver al timón de este barco. Hay viento afuera y eso nos da un pequeño relajo. Las velas se abren hermosas a mi señal y el crujir de la nave nos saca a todos una sonrisa que da buen augurio. El sol se ve despertando a lo lejos llamándonos a cada uno por su nombre. El mar me relaja y el barco se mueve acariciándolo con la popa.
Zarpar con tripulación completa no ha servido de nada si navegar por estas aguas oscuras no nos trae a más tierra que sólo la que acarrean las tormentas. Tormentas que han caído de golpe sobre la cubierta dejando heridos, estragos y pérdidas materiales. Pérdidas materiales que también han dejado la moral de algunos marineros y la mía por los suelos invisibles y lejanos a la observación del punto más alto del mástil y la distancia máxima de los astrolabios.
Una ola de agua enfurecida ha tapado el sector del timón y me ha hecho caer tan fuerte que la brújula que portaba se ha roto hace un par de días. Estamos a merced de las nubes, lluvias y vientos que azotan como golpes y patadas en una riña de algún bar de puerto intentado dar argumentos en estado de ebriedad. Sin importarme esto, he decidido trazar una ruta imaginaria tratando de lograr encallar en algún roquerío o playa para poder descansar de este viaje que lleva un par de meses, pero con bajas tan considerables como si hubiera pasado un año sobre nuestras cabezas.
No hay aves en el cielo, sólo estrellas que me mantienen despierto para ayudarme a navegar durante las noches. Estoy exhausto y necesito dormir, pero no puedo dejar a mi tripulación de lado. Me han ayudado bastante. Tanto como para parecer un viejo barbudo, cansado de tanto viaje y que sólo busca un tesoro que se le fue negado. Un tarado que se convirtió en pirata por rebeldía y encontrando cobijo en el destino de los mares, juntando historias para contarlas y quizás con alguna llegar a oídos de las aves costeras que nos lleven de vuelta a tan esperada tierra firme de forma más sutil a como lo veo en mis sueños despierto de media noche.
Y ahí quizás encontrarla a ella.
He comenzado a escribir esta bitácora para que en algún momento, alguien sepa lo fiel que fui a lo que buscaba, y que independiente de las adversidades, negaciones y rechazos de tan respetable hilo del destino, el mar y mi tripulación siempre siguieron conmigo. Acompañando noches y días tristes, bajo tormentas feroces y soles incandescentes.
A la par de cualquier otro dentro de este barco que avanza sin rumbo hacia una posible felicidad, respiro tranquilo por primera vez dentro de estos días inclementes donde las lágrimas se han hecho presentes combinándose con el agua del mar, la lluvia y el sereno de la mañana al desayunar. Ahora es momento de dejar la pluma para volver al timón de este barco. Hay viento afuera y eso nos da un pequeño relajo. Las velas se abren hermosas a mi señal y el crujir de la nave nos saca a todos una sonrisa que da buen augurio. El sol se ve despertando a lo lejos llamándonos a cada uno por su nombre. El mar me relaja y el barco se mueve acariciándolo con la popa.
Tuesday, 12 June 2018
Un sueño.
Desperté tranquilo por primera vez en mucho tiempo.
Creí haber escuchado un ruido afuera, el viento quizás queriendo entrar en mi pieza.
Pero nada era.
Cuando miré al costado de mi cama,
simplemente ya no estaba tu cara.
Te habías ido.
Y la verdad es que aunque me sienta tranquilo,
prefiero seguir dormido soñándote
o incluso desvelarme contigo.
Wednesday, 6 June 2018
Siempre pensé que era posible hablar desde mi sueño.
Siento que estoy cayendo en un hoyo negro.
Siento que estoy cayendo en un hoyo negro.
Tuesday, 14 April 2015
Reanimar
Queridos lectores, Distracciones vuelve.
En los días próximos haré una fan page en facebook y comenzaré a publicar los capítulos ya escritos con algunas ediciones que he decidido agregar con el tiempo y la experiencia de la historia de mis personajes más míos: Des y Min.
Espero sean buenas noticias para todos.
Saludos y gracias.
En los días próximos haré una fan page en facebook y comenzaré a publicar los capítulos ya escritos con algunas ediciones que he decidido agregar con el tiempo y la experiencia de la historia de mis personajes más míos: Des y Min.
Espero sean buenas noticias para todos.
Saludos y gracias.
Monday, 16 March 2015
El guerrero mira el horizonte.
Una vez leí por ahí una frase que dejaron en mi interior como método de salvación y renacer.
"Siempre hay que volver a abrir los ojos"
Al tiempo después me hice de un libro que me ayudó muy bien y que de vez en cuando, cuando me siento algo perdido, acudo a él porque como bien fue bautizado es un oráculo.
Hoy le dedico 2 pasajes del Oráculo del Guerrero a un amigo.
El Guerrero mira el horizonte - XXIV
Deja lo que estás haciendo. Siéntate. Reposa. Endereza tu columna. Relaja tus ojos. Mira al horizonte, sin enfocar nada en particular. Barre el infinito con la mirada apacible. Eres parte del Universo, hijo del Cielo, de la Tierra y del Tiempo. Hermano del Sol y de la Luna. Tu vida tiene que ver con todo lo que ves. Eres parte de ello. Tienes todo para ser feliz así que no busques nada más allá de ti.
Agradece al Altísimo todo lo que has vivido, todo lo que eres. Conéctate con tu corazón, siente tus latidos. Respira, escucha. Elévate y respira nuevamente.
Tu sonrisa iluminará el camino...
-o-
El Guerrero Muere - XXXV
La vida del un Guerrero es ardua. Tienes mil años, y ya es tiempo de descansar. Deja las armas, siéntate junto a tu hermano del Camino. Uno al lado del otro, contemplad el Sol ponerse en el silencioso desierto.
De seguro extrañarás el mundo, tus amores, tus batallas. Mas no te aflijas. Regresarás.
Y como bien acabo de leerlo por otra parte, ánimo y fuerza. No te rindas, estaré acá.
"Siempre hay que volver a abrir los ojos"
Al tiempo después me hice de un libro que me ayudó muy bien y que de vez en cuando, cuando me siento algo perdido, acudo a él porque como bien fue bautizado es un oráculo.
Hoy le dedico 2 pasajes del Oráculo del Guerrero a un amigo.
El Guerrero mira el horizonte - XXIV
Deja lo que estás haciendo. Siéntate. Reposa. Endereza tu columna. Relaja tus ojos. Mira al horizonte, sin enfocar nada en particular. Barre el infinito con la mirada apacible. Eres parte del Universo, hijo del Cielo, de la Tierra y del Tiempo. Hermano del Sol y de la Luna. Tu vida tiene que ver con todo lo que ves. Eres parte de ello. Tienes todo para ser feliz así que no busques nada más allá de ti.
Agradece al Altísimo todo lo que has vivido, todo lo que eres. Conéctate con tu corazón, siente tus latidos. Respira, escucha. Elévate y respira nuevamente.
Tu sonrisa iluminará el camino...
-o-
El Guerrero Muere - XXXV
La vida del un Guerrero es ardua. Tienes mil años, y ya es tiempo de descansar. Deja las armas, siéntate junto a tu hermano del Camino. Uno al lado del otro, contemplad el Sol ponerse en el silencioso desierto.
De seguro extrañarás el mundo, tus amores, tus batallas. Mas no te aflijas. Regresarás.
Y como bien acabo de leerlo por otra parte, ánimo y fuerza. No te rindas, estaré acá.
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