Ayúdame a arrepentirme alejándome.
Animal acurrucado.
Alimentando antiguas almas adoloridas.
Acostado atiendo ásperas alucinaciones, acordando apenas, ágiles ánimas.
Actuar, animarse, arreglar, atestiguar.
Adelantarse al atacar.
Agonizar.
Arremeter.
Acudir, afinar, apoyar.
Adivinar.
Atormentado agosto acaba.
Arriesgarse... a amar.
Elun for ever, gamer, escritor, comiquero, cinéfilo y amante del buen café/mate. Ex fumador de cigarrillos y siempre música sonando cerca.
Friday, 31 August 2012
Thursday, 23 August 2012
A drink?
I can hope we'll be together, with a better roof over our heads.
Por los viejos y mejores momentos.
Por los viejos y mejores momentos.
Tuesday, 21 August 2012
You wish.
Comfort driving, over burdened
She’s still striving to hold together
(Old heaven under) pressures
Come pull to the womb
Foot to the floor
In all of my memories you were always running away
so cold and proud
so unashamed
you were always running away
Just inches from drip freezing
Don’t you worry
I don’t have it in me
To ever leave you
Save this, and swallow it down whole
Stop this headache, mumble in a chalk line
You're always saying "Save me, I'm a danger to myself"
And who's driving?
And all through this you deserve better
Drinking, becoming someone else
Someone who's soul will come to naught and vanish
Though I'm trying,
I can't save you, you're a danger to yourself
Like you care
You just wish for an exit
Perfectionist, you falter
We’ve got no mind to alter
Get up
Just get up
I’ll make it work
Like you care
You just wish for an exit
Perfectionist, you falter
(I’ve got) no mind to alter
We’ll search the sky for answers
She’s still striving to hold together
(Old heaven under) pressures
Come pull to the womb
Foot to the floor
In all of my memories you were always running away
so cold and proud
so unashamed
you were always running away
Just inches from drip freezing
Don’t you worry
I don’t have it in me
To ever leave you
Save this, and swallow it down whole
Stop this headache, mumble in a chalk line
You're always saying "Save me, I'm a danger to myself"
And who's driving?
And all through this you deserve better
Drinking, becoming someone else
Someone who's soul will come to naught and vanish
Though I'm trying,
I can't save you, you're a danger to yourself
Like you care
You just wish for an exit
Perfectionist, you falter
We’ve got no mind to alter
Get up
Just get up
I’ll make it work
Like you care
You just wish for an exit
Perfectionist, you falter
(I’ve got) no mind to alter
We’ll search the sky for answers
Monday, 20 August 2012
Thursday, 16 August 2012
Algún día.
Algún día.
Te encontraré.
Leyendo esa historia.
Nuestra historia.
Me verás, te veré.
No diremos nada.
Sólo sonreiremos.
Y caminaremos en nuestras respectivas direcciones.
Sin importar nada más...
Te encontraré.
Leyendo esa historia.
Nuestra historia.
Me verás, te veré.
No diremos nada.
Sólo sonreiremos.
Y caminaremos en nuestras respectivas direcciones.
Sin importar nada más...
Tuesday, 14 August 2012
Hábil.
Te haz convertido en el mejor de mis sueños.
La mejor de las compañías.
La fugaz verdad del presente que pasa de largo ante el pasado que miente.
La vida indómita de la juventud rebelde.
La armonía disonante de un acorde entre contrabajos y violines.
El pulso de los párpados, el llanto del respiro, la voz de la mente y el corazón de la realidad.
Eres la más hermosa costura que el hilo y la lana pueden tejer.
La más pálida pluma de un ave rapaz.
La más veloz estocada, la más penetrante mirada, la más sonora risa.
Te haz convertido en la más hábil para ocupar el espacio.
La voz más extinta y la cara menos visible, pero las más imaginadas por mi mente.
Las manos menos tocadas y las caricias más permanentes.
Te haz convertido, quizás, en un fantasma.
Hábil, para atravesar murallas.
Hábil, para detener el curso de la caminata.
Hábil, para apagar un cigarro a medias.
Hábil, para incrustarte en todas partes.
Hábil, para vagar de noche.
Hábil... para quererte de día.
La mejor de las compañías.
La fugaz verdad del presente que pasa de largo ante el pasado que miente.
La vida indómita de la juventud rebelde.
La armonía disonante de un acorde entre contrabajos y violines.
El pulso de los párpados, el llanto del respiro, la voz de la mente y el corazón de la realidad.
Eres la más hermosa costura que el hilo y la lana pueden tejer.
La más pálida pluma de un ave rapaz.
La más veloz estocada, la más penetrante mirada, la más sonora risa.
Te haz convertido en la más hábil para ocupar el espacio.
La voz más extinta y la cara menos visible, pero las más imaginadas por mi mente.
Las manos menos tocadas y las caricias más permanentes.
Te haz convertido, quizás, en un fantasma.
Hábil, para atravesar murallas.
Hábil, para detener el curso de la caminata.
Hábil, para apagar un cigarro a medias.
Hábil, para incrustarte en todas partes.
Hábil, para vagar de noche.
Hábil... para quererte de día.
Monday, 13 August 2012
I had a dream...
I had a dream
I had a dream
That I was your neighbor
About to give birth
And then everything
Was really hurt
And I was so lonely
I didn't see It's like
Living in a movie
Twisting the plot
My friends and family
The little things I've got, I've got
When my thoughts drift to you
I love the morning
I like to listen
To 4am birdies
Begging to feed
Now there's something here before me
A figure, I think
Isn't there a warning
Or something to drink
My god, my god
When my thoughts drift to you
These mended bones
The storms approach
Ever so slowly
Out on the sea
There's an animal below me
Lack of control
Others came before me
Others to come, to come
When my thoughts drift to you
Monday, 6 August 2012
Ghostbone.
Un amigo de la vida, un Ashes of Champions (El clan de amigos), gamer también, músico, comenzó a escribir su blog hace unas semanas.
Por si le gusta leer acerca de sus actos, juegos y vida cotidiana, sírvase:
http://ghostboneslife.blogspot.com/
Sergio se llama, por si.
Por si le gusta leer acerca de sus actos, juegos y vida cotidiana, sírvase:
http://ghostboneslife.blogspot.com/
Sergio se llama, por si.
Thursday, 2 August 2012
Escalar.
Pensar que nadie, nunca, jamás, espera llegar a este punto después de que mínimo se concreten ciertas cosas, como objetivos de la vida, pasar por un momento crucial, sobrevivir a algo, reconocer los errores y seguir adelante.
Ese punto donde te sientes en la cima de todo, conforme con lo que has hecho, logrado y construido, pero pisar en falso te llevará al vacío nuevamente y debes equilibrarte mientras el frío de la altura, la nieve y el viento juegan contigo durante todo el invierno.
Te acostumbras a ese frío, a la niebla que te hace ver borroso, a la nieve que pesa sobre los hombros cuando se acumula y al viento que parte la cara por las mañanas y logras salir. Pero miras la cúspide nuevamente y te das cuenta que has olvidado los zapatos. El caminar se hace difícil, ya no puedes volver arriba porque divisaste una montaña más grande que escalar y el bajar te rompe las plantas de los pies sin remordimiento ante la aspereza de las rocas y el barro acumulado en el trayecto.
Aún así, llegas abajo, respiras, descansas, te preparas, compras nuevos zapatos y partes hacia arriba de nuevo. Buscando mejores senderos, mejores sombras para tapar el calor del próximo verano que se acerca, marcando puntos que recordarás para volver por los mismos. Intentando no tropezar, corres para avanzar más rápido. Intentando no cansarte tanto, descansas cada ciertos tramos. Intentando llegar seguro te cuidas de las orillas y los acantilados.
Algo pasa. Vas a mitad de camino y te sientes inseguro. Miras para arriba y falta mucho. Miras para abajo y has recorrido tanto como lo que te falta, decides acampar y meditar la situación.
En la noche te despierta el ruido de animales fuera de tu carpa. No te asustas, de hecho te alegras por la pseudo compañía que te hacen. Y junto con eso, cae la respuesta del si seguir o no. Todo el camino lo has hecho solo. Necesitas a alguien que comparta contigo el trayecto, que te ayude a seguir adelante. Que te motive a realizar tus sueños y lograr tus metas. Que disfrute esos pequeños triunfos y te sonría cada vez que te ve esforzándote por algo en tu vida.
Decides seguir adelante, pero no sin antes encontrar a ese acompañante. Esperas. Te aguantas el querer seguir y te niegas a devolverte. La dicotomía está presente a toda hora y lo único que sabes que tienes que hacer es esperar.
Esperas, hasta que aparece. La miras. Te mira. Se saludan. Conversan. Y cuando crees que todo va a salir bien, ella toma otro sendero, muy diferente al que tenías previsto. Más difícil. Más largo. Más desafiante.
La sigues. Te caes. Te paras. La sigues de nuevo. Se adelanta. Te vuelves a caer. Te paras y ya no le puedes seguir el paso. Tiene más experiencia que tú. Tiene más convicción que tú. Intentas alcanzarla, seguirle el rastro, pero todo es en vano. Te tomas un descanso y recuerdas su sonrisa. Te paras. Caminas. Al poco tiempo logras la cima nuevamente. La buscas. Gritas su nombre y no hay respuesta.
Y te das cuenta, que lo hiciste por ella. Esta vez no se te quedan los zapatos. Tú los dejas. Bajas. Y te prometes no volver...
Ese punto donde te sientes en la cima de todo, conforme con lo que has hecho, logrado y construido, pero pisar en falso te llevará al vacío nuevamente y debes equilibrarte mientras el frío de la altura, la nieve y el viento juegan contigo durante todo el invierno.
Te acostumbras a ese frío, a la niebla que te hace ver borroso, a la nieve que pesa sobre los hombros cuando se acumula y al viento que parte la cara por las mañanas y logras salir. Pero miras la cúspide nuevamente y te das cuenta que has olvidado los zapatos. El caminar se hace difícil, ya no puedes volver arriba porque divisaste una montaña más grande que escalar y el bajar te rompe las plantas de los pies sin remordimiento ante la aspereza de las rocas y el barro acumulado en el trayecto.
Aún así, llegas abajo, respiras, descansas, te preparas, compras nuevos zapatos y partes hacia arriba de nuevo. Buscando mejores senderos, mejores sombras para tapar el calor del próximo verano que se acerca, marcando puntos que recordarás para volver por los mismos. Intentando no tropezar, corres para avanzar más rápido. Intentando no cansarte tanto, descansas cada ciertos tramos. Intentando llegar seguro te cuidas de las orillas y los acantilados.
Algo pasa. Vas a mitad de camino y te sientes inseguro. Miras para arriba y falta mucho. Miras para abajo y has recorrido tanto como lo que te falta, decides acampar y meditar la situación.
En la noche te despierta el ruido de animales fuera de tu carpa. No te asustas, de hecho te alegras por la pseudo compañía que te hacen. Y junto con eso, cae la respuesta del si seguir o no. Todo el camino lo has hecho solo. Necesitas a alguien que comparta contigo el trayecto, que te ayude a seguir adelante. Que te motive a realizar tus sueños y lograr tus metas. Que disfrute esos pequeños triunfos y te sonría cada vez que te ve esforzándote por algo en tu vida.
Decides seguir adelante, pero no sin antes encontrar a ese acompañante. Esperas. Te aguantas el querer seguir y te niegas a devolverte. La dicotomía está presente a toda hora y lo único que sabes que tienes que hacer es esperar.
Esperas, hasta que aparece. La miras. Te mira. Se saludan. Conversan. Y cuando crees que todo va a salir bien, ella toma otro sendero, muy diferente al que tenías previsto. Más difícil. Más largo. Más desafiante.
La sigues. Te caes. Te paras. La sigues de nuevo. Se adelanta. Te vuelves a caer. Te paras y ya no le puedes seguir el paso. Tiene más experiencia que tú. Tiene más convicción que tú. Intentas alcanzarla, seguirle el rastro, pero todo es en vano. Te tomas un descanso y recuerdas su sonrisa. Te paras. Caminas. Al poco tiempo logras la cima nuevamente. La buscas. Gritas su nombre y no hay respuesta.
Y te das cuenta, que lo hiciste por ella. Esta vez no se te quedan los zapatos. Tú los dejas. Bajas. Y te prometes no volver...
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